sábado, 19 de febrero de 2011

Los invisibles

Se cumplieron 200 años de vida independiente y autodeterminación, el escenario propicio para la construcción del país y su conformación social. Son embargo, como toda fecha conmemorativa, surge la inquietud por los temas no resueltos, aquellos que quedaron suspendidos o fueron eliminados derechamente del almanaque nacional.



Alejandro Gallaro, miembro de la asociación La Casa del Hermano Toba de San Pedro, explica la problemática percepción que se tiene de los pueblos originarios: "La mayoría de las personas piensa que los pueblos originarios existieron, que alguna vez estuvieron en estas tierras, pero que "algo" los borró del mapa: puto haber sido un asteroide, los militares o la modernidad". El relato sobre el devenir de los pueblos originarios se parece más a la teoría de la desaparición de los dinosaurios que a un exterminio. Ese "algo" que menciona Gallaro levantó un polvo espeso que entró a los ojos he impidió a la nación blanca ver sobre qué sangre fue construida.

Quizá la más controversial de todas estas historias sea la que habla de una campaña del desierto liderada por el general y dos veces presidente, Julio Argentino Roca, cuyo paso por la Pampa y la Patagonia dejó miles de indios muertos, muchos reducidos a la servidumbre y millones de hectáreas ocupadas para ser repartidas de un modo que condicionó para siempre la vida social, económica y política del país.

Remigio Lup, corresponsal del diario La Pampa y miembro de las filas de la caravana Roca, escribió en sus crónicas:
"Es un acto de usurpación el que se comete con ellos (los originarios), desalojándolos de puntos sobre los cuales tienen el título del primer ocupante, y de la posesión convertida en propiedad irrevocable. (...) Desgraciadamente para ellos, la civilización tiene el derecho y tiene la fuerza para consumar la conquista, colocándolos en la alternativa de someterse a ella, o de huir hacia la cordillera, sin la esperanza siquiera de poder venir de allí a tentar una reivindicación imposible".

Afortunadamente la historia no es sólo un relato, sino una tarea de los hombres. Hoy en un país ya más maduro en transitar la crueldad y juzgarla, existe la posibilidad de salir de ese estado de amnesia que funciona como un aura opaca sobre la historia de los primeros pobladores de nuestro territori.

El escultor Andrés Zerneri trabaja en un monumento en homenaje a los pueblos originarios, simbolizado en la figura femenina, que pretende ser levantado en el centro de Buenos Aires y en el mismo sitio que ocupa hoy el monumento a Roca, precisamente en Av. Julio A. Roca y Alsina. Pero el arte no viene a representar una situación resuelta, sino que se adelanta a las reivindicaciones definitivas y no es suficiente.



"En este mismo momento que te hablo -comenta Clara Romero- hay un grupo de hermanos de mi pueblo y del pueblo mapuche acampando en Tigre defendiendo un cementerio sagrado para los originarios que quieren convertir en barrio privado". Clara -Nalac en su lengua- nació en J.J. Castelli, en las puertas del impenetrable chaqueño y es cacique de su pueblo Qom (mal llamado Toba). "Esa es la situación actual: despojo, atropello, violación de sus sitios sagrados, esta es la situación que hemos vivido en esta nación que cumplió 200 años, poca cosa si comparamos los miles de años que tienen nuestros pueblos y los 517 que hemos resistido".

"Roca entregó el territorio saqueado como pago a sus mercenarios -continúa Nalac-. Su campaña no fue en el desierto, sino en un territorio habitado por pueblos con organización social, medicina y cosmovisión, que vivían en comunión con la naturaleza. Esos pueblos aún viven, se expresan e intentan hacerse visibles, a pesar de todos los intentos de invisibilizarlos".

Para ella, el genearl Roca es el más grande genocida que ha tenido este país. "Nada puede construirse sobre mentiras y la historia de esta nación está escrita sin la versión de los originarios y hasta tanto no se cuente también la otra historia y nos sinceremos, no va a haber posibilidad de participación donde expresar nuestra diversidad y pluralidad y mucho menos una mirada verdaderamente federal del país".

Por Francisco Luque

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