jueves, 13 de marzo de 2014

No-despedida in-formal.

En mi flojo repertorio, en aquel intento caótico de formar una cofradía de fusas y difusas, un lío grande me se me apareció una noche. Enfrenté un poco mis temores fundados, y salté al papel y lápiz sin borrar nada con el codo. Uno de mis momentos más sinceros, aquí.

Con miedo en los ojos
Sin tanto vivido por recordar
Con un contrato obligado
          (Con quien si nombramos lo percibe)
Y ese lío de la soledad...

Encantar por ese eme ese, no es la cuestión...
Encantar por encantar, sólo Adán lo podía lograr
Encantar por ese eme ese, innecesaria soledad...

Sin caer en cuenta
Aprender era la cuestión
Enterrar el pasado
          (Ese no quiere futuro tampoco)
Sin imaginar el futuro, amor

Encantador ese eme ese, con odio entre los dientes
Encantador del verbo encantar
Encantador ese eme ese, innecesario aborrecer

Despertar después, con la vista así
Entonar mientras tanto, canciones de amor
Encadenarse a los errores, encadenarse así
Menos con tu reputación, aquello fue un error
          (Ese no lo entendió así)
Lograr salir, lograrlo así

Pacman de nadie.-